LA
CIRCULACIÓN HASTA LA GUERRA CIVIL |
LAS PRIMERAS MEDIDAS DE TRÁFICO |
En
un minucioso estudio realizado en 1924 por don Emilio Abarca, 2º
jefe de la Policía Urbana, se proponen las siguientes soluciones
para regular el notable aumento del tránsito rodado: se cambian
de ubicación algunas paradas de coches de plaza que tanto entorpecen
la movilidad como las situadas en Preciados, Mayor, Arenal, Carrera de
San Jerónimo, Puerta del Sol y plaza de Santo Domingo; se desvían
varias líneas de tranvías que cruzan el kilómetro
cero; se proponen direcciones únicas en varias calles como Hortaleza
y Fuencarral, también cambian los trayectos de otras rutas que
pasan por la Red de San Luis; se regula el horario de la carga y descarga,
se elabora un plan de educación vial, se reforma la sección
de carruajes de la guardia urbana y por último se empieza la instalación
de semáforos en el centro de la ciudad.- |
Imagen
de la calle de Alcalá desde el cruce con Gran Vía cuando
los peatones compartían la calzada con los primeros tranvías
eléctricos, carros y coches de tiro. El Ayer de Madrid, el
Madrid de Hoy. Documadrid. Ed. La Librería 1995
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Imagen
del libro Luz Ámbar, Documadrid, editado por La Librería-SICE
en 1996
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Otra de las nuevas medidas implantadas en Madrid para regular la criculación fue la instalación de señales luminosas cuyas obras se iniciaron a primeros de 1926. El primer cruce regulado con semáforos fue el de Alcalá-Gran Vía. Posteriormente fueron colocados en otros cruces céntricos como Amaniel, Arenal, Bárbara de Braganza, Bailén, Fuencarral, Hortaleza, Corredera de San Pablo, Luna, Mayor, Cuesta de San Vicente, plaza de la Provincia y Puerta del Sol.- Consultar
el libro Luz Ámbar de Documadrid, editado por La Librería-SICE
en 1996
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Imagen
tomada del libro Luz Ámbar, redactado por el equipo
de Documadrid y editado por La Librería-SICE en 1996
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En el Congreso Municipal de Circulación de 1933 se acordó la combinación de colores de los semáforos: rojo (prohibición de paso), rojo-amarillo (paso libre a la izda), verde-amarillo (paso libre hacia la dcha) y verde (paso libre en dirección rectilínea) |
Primer
semáforo instalado en la capital en el cruce de Alcalá con
Gran Vía en el año 1926 de diseño rectangular y de
3 colores como los actuales |
Grupo
de motoristas y ciclistas de la Sección de Circulación
de la Policía Municipal. Documadrid. Luz Ámbar. Ed.
La Librería-SICE. 1996
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El transporte de mercancias se convierte en este siglo en uno de los argumentos más conflictivos para la circulación. El 1 de julio de 1919 se suprimió el tránsito de carros de dos ruedas con cuatro caballerías excepto los carruajes de los harineros y hortelanos con destino a las estaciones y a la plaza de la Cebada. El 10 de noviembre de 1923 queda prohibida la circulación de carros de dos ruedas con más de dos mulas en el centro y el tráfico de carros de bueyes. También queda regulado el transporte de carnes y prolonga las líneas de tranvías hasta las estaciones de ferrocarril, matadero de Arganzuela y mercados de Mostenses y Cebada.- |
Un
policía municipal regula el tráfico en la avda. de Pi
y Margall en 1929, dos años antes de la inauguración de
la Gran Vía por el alcalde José María Hoyos. Luz
Ámbar. Documadrid. Ed. La Librería-SICE 1996
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Imagen
de la Avda. de Pi y Margall, tramo de la Gran Vía entre la Red
de San Luis y la plaza del Callao, tomada en los años 30. Luz
Ámbar. Documadrid. Ed. La Librería-SICE 1996
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Avda.
del Conde de Peñalver, tramo de la Gran Vía entre la calle
de Alcalá y la Red de San Luis, tomada en el año 29. Luz
Ámbar. Documadrid. Ed. La Librería-SICE 1996
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Al estallar el conflicto Madrid cuenta con 3.219 taxis que desaparecen a las pocas semanas al ser incautados por el bando republicano y porque los propios taxistas ofrecieron al gobierno de Casares Quiroga todos los coches. La ciudad se quedó sin este servicio público y el Ayuntamiento tuvo que convocar en 1937 un concurso de conductores con un sueldo de 350 ptas. al mes para facilitar a los ciudadanos un sistema alternativo de transporte público al margen de los ya conocidos. Las necesidades de desplazamiento de los madrileños fueron resueltas por el metro, los tranvías y en menor medida por los autobuses, aunque estos transportes también sufren los avatares de la guerra. Así, la red de tranvías pasa de 47 líneas y 471 coches en servicio en el 36 a realizar tan sólo 19 trayectos con 165 unidades al finalizar la contienda. Lo mismo pasó con las 9 líneas de autobuses que llegaron al 39.- |
Imagen
de la Gran Vía en plena guerra. Luz Ámbar. Documadrid.
Ed. La Librería-SICE 1996
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Así
quedó el parque móvil de autobuses después de la
guerra civil. Crónica de 50 años 1947-1997. Ed.
La Librería-EMT 1997
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Fotografía
de la fuente de La Cibeles protegida por un cinturón de ladrillos
en plena guerra. Luz Ámbar. Documadrid. Ed. La Librería-SICE
1996
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